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Exposición del XXXV aniversario

Es el artista invitado de la celebración del Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo-Quinta de San Pedro Alejandrino, a realizarse este miércoles 18 de agosto desde las 6 de la tarde.

La celebración de los 35 años del Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo se enmarca en la transparencia, los colores y trazos del acuarelista Roberto Angulo, con la exposición ‘Figura y nuevo paisaje’.

Este miércoles 18 de agosto la sala Armando Villegas se dispone para esta celebración con las obras del artista, y una programación especial, que será presencial-virtual con transmisión a través de Facebook LIVE y el canal de YouTube.

Los actos conmemorativos del XXXV aniversario de la Fundación Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo-Quinta de San Pedro Alejandrino,  integran la Cátedra San Pedro Alejandrino 200 años de historia proyecto  2021 apoyado por el  Programa Nacional de Concertación Cultural del Ministerio de Cultura, la Gobernación del Magdalena y la Alcaldía Distrital.

La invitación a Roberto Angulo es el reconocimiento a un acuarelista incansable por mostrar y exaltar en todo momento la milenaria técnica, con relación a su exposición comenta que desde el año 2020 inició una nueva etapa formal en la que propone aprovechar sus conocimientos del oficio y partir de un boceto previo para transformar la realidad en una creación.

Al respecto, comenta “hago un fraccionamiento de la imagen y armo con sus partes, una nueva idea equilibrada que me permite iniciar un trabajo experimental basado en trazos planos más fluidos, que me faciliten proponer una obra más simple, pero con mayor expresión.

Su recorrido por la acuarela le aportó el conocimiento académico partiendo de la imitación de la realidad con tal precisión que llegó a rayar en el hiperrealismo. Dice que nunca fue otra su intención que transmitir sensación a los objetos. “Cuando pinto el agua, mi tema recurrente, intento interpretar

su color, movimiento, transparencia, reflejos con sus distorsiones y hasta su temperatura. Y me atrevo a decir que lo he logrado”, comenta el acuarelista Roberto Angulo.

 Aprendió la acuarela pintando paisajes urbanos, rurales y marinas, donde conoció su tema apasionado: el agua, luego las aves, los paisajes cercanos cocidos como close up donde pintó hasta objetos abandonados que habían perdido su valor útil, más no el estético como canastos, latas oxidadas, baldes.

“Llegaron los reflejos de troncos y plantas en las ciénagas. Todo lo que tuviera agua me atraía. Mi último tema de estudio ha sido la figura y el agua donde su color se volvió azul por tratarse de piscinas transparentes.  Parece que quisiera repetir este recorrido cuando vuelvo al paisaje, pero no.

Se trata de otra manera de verlo y expresarlo”, puntualiza el artista al referirse a esta exposición que se exhibirá en el Museo Bolivariano hasta mediados de octubre.

Una historia

de pinceladas

Durante sus primeros años de práctica plasmó el tema clásico de la acuarela: el paisaje, perfilando su estilo realista. A medida que se afianzaba en el oficio fue tomando elementos del paisaje y convirtiéndolos en tema principal de su obra.

De tal manera que un tronco, una lata o la orilla del mar dejaban de ser componentes para convertirse en la obra misma. Sobre este trabajo Germán Rubiano Caballero dice: “Sus mejores obras son aquellas en las que juega en amplias zonas con el blanco del papel, o en las que se concentra en unos pocos detalles de un objeto visto de cerca”.

Sus conocimientos del espacio abstracto que le aportó la profesión de Arquitecto se pueden percibir en sus composiciones de formas simples.  En 1973 se recibe de arquitecto con la tesis de grado “Desarrollo urbano turístico de la zona del Rodadero y Santa Marta” calificada de excelente que fue dirigida por el prestigioso arquitecto cubano Manuel Carrerá Machado.

Desde entonces se dedica a compartir el diseño de edificios y residencias con su arte, la acuarela, lo que considera le ha restado un tiempo precioso a su prolífera producción acuarelística. En 2008 se hace merecedor del Premio Nacional de Arquitectura en la categoría de Restauración por la restauración del Palacio de Justicia de Barranquilla o Centro Cívico”.