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Con la curaduría de Henry Navarro Montalvo

Se trata de una exhibición colectiva de un grupo de destacados fotógrafos que hacen un recorrido por los ancestros afrodescendientes de Palenque. La muestra, será inaugurada este miércoles 8 de mayo a las 7 de la noche en la sala Hernando Del Villar.

“El otro lado de la luz”, es el flash estético, visual y de identidad que recrea las imágenes más profundas de la exposición colectiva que inaugura este miércoles 8 de mayo en el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo Quinta de San Pedro Alejandrino.

La exhibición, que será inaugurada en la sala Hernando Del Villar desde las 7 de la noche es una muestra  recreada por las imágenes captadas en una experiencia de los miembros del Fotoclub de la Alianza Francesa de Barranquilla, que llega al Museo Bolivariano como una gran oportunidad para entrelazar el sentir del Caribe colombiano.

Al respecto, el curador de la exposición Henry Navarro Montalvo dice que es la manifestación de una interacción  comunicativa  con lenguaje pictórico, “donde la profusión de imágenes nos introduce a visualizar gente fascinante con desbordamiento en humildad  de corazón,  creencias y rasgos culturales; convirtiéndolos en personajes ricos en historias,  sin olvidar que su pueblo fue el primero en liberarse del sometimiento en América”.

Esta exposición es un evento que integra la programación de la Fundación Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo Quinta de San Pedro Alejandrino, que es apoyada por el Ministerio de Cultura Programa Nacional de Concertación Cultural y la Alcaldía Distrital.

El universo que traza la exposición El otro lado de la luz, lleva raíces antiguas, impulsos de libertad, luces incandescentes que señalan el reino del sonido, del color, de la vida misma.

Asistimos a cuerpos que se escriben solos, a cuerpos que son puertas para ver el destino, para ver las soledades pasadas, el tiempo que no se contó, el tiempo que se nombrará; para leer cuerpos como territorios de luz, como dimensiones en donde se desploma la imagen; imagen que grita, que danza, que se enciende, imagen que escribe los designios del agua, del fuego, del aire, de la tierra.

Caminar por estas imágenes es una manera cotidiana de andar por los recuerdos de casa, por una historia próxima, por el sueño. Es una manera de volver a ver, de sentirnos un sólo cuerpo, de ser el contraluz del presente, de lo que vendrá. Una posibilidad de revelar los cuerpos entregados al fuego sabio de la luz, el universo irrepetible de la fiesta, el silencio y los frutos amarillos que simulan el sol.