“La danza del color”
El artista, nacido en Pijiño del Carmen, Magdalena, celebra sus 40 años de vida plástica en Santa Marta, compartiendo un recorrido por cuatro décadas de su producción pictórica. La inauguración, es este miércoles 11 de diciembre a las 7 de la noche.
Dibujos, grabados y pinturas integran la producción de la exposición ‘La danza del color’ del artista Edgar Francisko, quien celebra sus 40 años de vida plástica este miércoles 11 con la apertura de esta exhibición, que revive su sentir como explorador y maestro del arte.
Esta exposición, que tendrá lugar en el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo, será inaugurada desde las 7 de la noche en la sala Hernando Del Villar y es una retrospectiva en la que celebra 40 años de vida artística.
Edgar Francisko Jiménez es un trotamundos que ha dejado en cada país visitado la huella de su producción artística. Así lo define, el Curador e Historiador, Eduardo Marceles Daconte, quien ha seguido muy de cerca el trabajo realizado por el artista magdalenense.
Márceles Daconte escritor e historiador de arte, quien se desempeñó como Curador Multicultural del Queens Museum of Art de New York asegura que desde 1973 Edgar Francisko, cuando por primera vez, siendo aún estudiante de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Bogotá, exhibió sus obras en la Primera Semana Internacional de la Cultura, en Tunja no ha dejado de producir pinturas, dibujos y grabados que exploran temas que van desde un costumbrismo que enfatiza los símbolos de nuestra costeñidad, pasando por la música y sus danzantes, hasta desembocar en una pintura cosmopolita que enfocan elementos asiáticos, incluso, argumentos abstractos de robusto colorido, sin olvidar las jubilosas imágenes del carnaval caribeño.
También realizó, aunque sin ánimo ilustrativo, una serie de pinturas que recrean el realismo mágico el cual había estimulado su imaginación cuando leyó El otoño del patriarca, la celebrada novela de Gabriel García Márquez.
“Por la época de sus primeros pasos en esta difícil disciplina, se interesó por el desnudo femenino pero más aún, se propuso investigar con espíritu crítico, la simbología raizal de la región Caribe. Es así como se observa en sus dibujos al carboncillo y diversas técnicas gráficas, el bohío campesino en su roza, los animales domésticos, el sombrero vueltiao, las abarcas típicas, pero también las columnas de humo que denuncian las quemas indiscriminadas, la calavera que acecha a los desprotegidos lugareños o el alambre de púas que encierra las grandes extensiones de tierra de gamonales y latifundistas”, explica Eduardo Marceles Daconte.
Ni siquiera en Beijing, mientras cursaba un posgrado en pintura tradicional china, olvidó su terruño ni sus aires musicales. En aquella remota ciudad experimentó una fusión asimilando el baile de la cumbia a la caligrafía china en parejas que se contorsionan de manera rítmica, pero al mismo tiempo simbolizan un ideograma del idioma vernáculo.
Mientras estuvo radicado en Toronto (Canadá) exploró, en coloridas aguadas, la filosofía tántrica, la cual entiende la sexualidad como un proceso de trascendencia espiritual y que él representa como un recorrido energético o circuito cerrado entre ambos cuerpos durante la cópula.
“No se trata de una figuración realista, sino de encuentros amorosos sugeridos con manchas sensuales que evocan la intimidad del ser humano. Por la misma época, experimentó con la fragmentación, una suerte de puntillismo, que materializa las figuras con base en pequeños puntos cromáticos que vibran como fantasmagóricos espejismos sobre el lienzo”, explica Eduardo Marceles Daconte.
Después de largos años de un exilio voluntario, se radicó en Bogotá para retomar el hilo donde lo había dejado, solo que ahora, ya con una pintura decantada y con absoluto dominio de sus técnicas, recupera la abstracción expresionista a la que vuelve en ciclos periódicos de creatividad visual.
Artista de estudio e investigación.
Edgar Francisko Jiménez, egresó de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. Estudió Grabado al agua fuerte en el “Atelier 17” en París, con el Maestro S.W. Hayter (1980-81) y Litografía en la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona, España (1981- 82).
Fue profesor de Dibujo en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Bogotá, Colombia, en 1983 obtuvo una beca para realizar estudios de Posgrado en Pintura China Tradicional en la Academia Central de Bellas Artes de Beijing (Pekín), se desempeñó como profesor de Arte en el Liceo Francés de Beijing y en el de Hong Kong. Instructor en el “Art Centre” en Hong Kong donde enseñó “Expresión con tinta China”.
Estudió cerámica en el “Fringe Club” de Hong Kong. Después de vivir 12 años en Asia, se trasladó a Toronto, Canadá, en 1995; allí fue miembro fundador del grupo de artistas visuales “JIRART” y de la Casa Cultural Colombiana. En enero de 2005 con la donación de varias de sus obras inició las colecciones de arte de la Casa de la Cultura “Oscar Delgado” de Santa Ana y la Casa de la Cultura “Elías Abad Palomino” de Pijiño del Carmen, Magdalena.
Sus trabajos se encuentran exhibidos en colecciones permanentes en Maracaibo, Venezuela, Beijing, China, Hong Kong, Nueva York, Toronto, Berlín, Alemania; Quito, Ecuador; Santo Domingo, República Dominicana; Taipei, Taiwán, El Cairo , Egipto, en Colombia, en Bogotá, Barranquilla, Santa Marta, Sincelejo, entre otras capitales.