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Especie del Mes

Serpiente de cascabel – Crotalus durissus, serpiente venenosa presente al interior del Jardín Botánico Quinta de San Pedro Alejandrino, seleccionada como Especie del Mes.

Las serpientes son animales que no tienen control de su temperatura, son de sangre fría, dependen del ambiente en el cual se encuentren. Dentro de esta denominación se incluye las víboras, las culebras, las cobras y todo un listado de más de 2500 especies venenosas y no venenosas.

Son animales que no poseen patas para trasladarse, solo se arrastran, por ello son denominados ápodos, su cuerpo es cilíndrico y se encuentra recubierto de escamas, poseen mandíbula amplia y resistente debido a la presencia muscular en su boca.

Las serpientes son fáciles de hallarlas tanto en ecosistemas terrestres como acuáticos, se distribuyen en la diversa y compleja geografía del planeta a excepción de las zonas polares pues son animales heterotermos.

Serpiente de cascabel, propia del género Crotalus, es considerada una de las serpientes más venenosas al ser humano, se distribuye desde México hasta Sudamérica, es de color gris – café, café rojizo y gris amarillento; en algunos casos el color de pigmentación se encuentra condicionado por la densidad de la vegetación de la región.

Las serpientes de cascabel tienen las siguientes características físicas:

• Cabeza grande y triangular.

• Ojos con pupilas verticales.

• Cubierta llena de escamas y sonajeros en la cola.

• Cuerpo con apariencia gruesa y pesada.

• Posee colmillos tubulares grandes en la boca.

• Boca en forma de bisagra, con amplitud mandibular hasta de 180 grados.

Tiene la capacidad de detectar objetos o movimientos desde cierta distancia, sin embargo cuenta con una visión mucho más aguda cuando tiene objetos cerca. Posee pupilas elípticas, no redondas, lo que permite a la serpiente ver su presa cuando hay poca luz, propicio para la caza nocturna.

Actualmente esta especie ha entrado en un proceso de extinción. Según investigaciones, es evidente la transformación de sus hábitats naturales en muchas regiones del país, así mismo y culturalmente se ha propagado la idea errada de extinguir esta especie porque su mordedura representa un peligro todos y cada uno de nosotros.

Es fácil encontrarla al interior de la Quinta de San Pedro Alejandrino, especialmente sobre sectores externos a las construcciones, al interior de los remanentes de bosque cerros y sectores con vegetación xerofíticas. Es recomendable hacer recorridos sobre estas áreas acompañados de personal idóneo en el tema o adscrito a la empresa con conocimientos ecológicos.