Imponente y tradicional
El “Carreto” (Aspidosperma Polyneuron) es una de las maderas más finas y resistentes que encontramos en el bosque seco tropical. Especie en riesgo crítico por su tala indiscriminada, es la seleccionada Especie del Mes.
Nuestro país, privilegiado por encontrase ubicado sobre una de las regiones más exuberantes en flora y fauna del planeta, no es ajeno a la continua transformación que sufre por diversos factores degradadores de su riqueza botánica, especialmente de orden antropogénico.
Los bosques secos tropicales propios de esta riqueza, son esos espacios ecosistémicos que albergan diversidad de plantas, sujetas a características condicionadas por suelo y clima. En este se conserva una de las especies más valoradas, no solo por su importancia botánica, sino económica y cultural.
Hablamos específicamente de la Aspidosperma Polyneuron, familia de la Apocynacea y conocida comúnmente con el nombre de carreto, Cimulá, carreto amargo, chivato o macuiro.
Desde el punto de vista ecológico, puede crecer sobre zonas secas espinosas como en bosques húmedos tropicales con flores en febrero y noviembre, y fruto en abril y agosto según el Libro Rojo de Plantas de Colombia.
- Su madera es de color rosado, muy fina y de alta importancia económica en elaboración de muebles y uso en construcciones.
- Su denso follaje contribuye en la conservación de la humedad a su alrededor, propiciando suelos enriquecidos y fértiles.
- Por su follaje, este se convierte en lugar de anidación y alimento de muchas aves.
- Es de escaso consumo de agua y logra adaptarse a las fuertes sequias.
- En los primeros años su crecimiento es lento, posteriormente llega alcanzar una gran altura.
De acuerdo al instituto Alexander von Humboldt actualmente esta especie se encuentra En Peligro (EN A2cd) debido a su intensa explotación en regiones como la Costa Atlántica.
Sin embargo, algunas medidas se han tomado como ha sido la creación del Parque Natural Nacional Tayrona, espacio en cual, se conservan una representativa población natural y la aplicación de la resolución 1986 de 1984, que busca su defensa en la meseta de Bucaramanga que prohíbe su aprovechamiento al interior de este lugar.
Al interior de nuestro Jardín Botánico Quinta de San Pedro Alejandrino, se pueden apreciar dos ejemplares juveniles sobre la colección de plantas amenazadas, aledaño a la plaza de las banderas muy próximo al árbol de Macondo.