Especie del Mes
Cuando el intenso azul embarga el cielo y la seca vegetación opaca los extensos bosques del Caribe colombiano, florece en época de verano un hermoso árbol de flores supremamente amarillas conocido como el Cañaguate.
Tiene la particularidad de adaptarse a los ambientes secos, en época de verano pierde totalmente sus hojas, como mecanismo para evitar la pérdida de agua. Este es un proceso de transpiración que cumplen muchas plantas y un comportamiento normal en los ecosistemas de bosque secos.
Culturalmente el Cañaguate es una especie se encuentra muy ligada a la cultura costeña. En Valledupar su nombre es asignado a una danza llamada “El Pilón del Cañaguate” que baila como preámbulo al Festival de la Leyenda Vallenata; así mismo, reconocidos exponentes del folclor colombiano interpretan canciones donde este prevalece como por ejemplo “La Cañaguatera” interpretada por el Rey Vallenato Alfredo Gutiérrez y “La mona del Cañaguate” interpretada por Armando Moscote.
Por otro lado, algunas leyendas Arhuacas fueron escritas alrededor de esta especie, una de ellas dicen que “en la época de la Conquista Española los dioses para evitar la ambición por el oro, presente en la tumbas, derretían este precioso metal para que subiera a través de las raíces a los tallos y ramas, para que posteriormente se reflejara en los árboles en las intensas y amarillas flores del Cañaguate, que también es conocido como Guayacán Polvillo, Puy, Curaire.
• Geográficamente se encuentra localizado a lo largo de todo México, América Central, parte de Suramérica y Antillas Menores.
• Llega a alcanzar una altura aproximada de 45 metros y sus frutos forman vainas llenas de semillas.
• Cuenta con hojas verdes y grandes, de borde aserrado, por ello, le denominan Handroanthus Serratifolius.
• La corteza del tronco es de color gris aunque logra hacer una transición de tonalidad que va desde oliva claro hasta el gris.
• Sus madera es muy fina; utilizada para trabajos de ebanistería y construcciones y artesanías
En la Santa Marta es fácil apreciarle sobre los cerros de la ciudad, el intenso color amarillo de sus flores forman un bello espectáculo admirado por propios y visitantes quienes pocas veces cuentan con la florescencia de estos espacios. Al interior del Jardín Botánico Quinta de San Pedro Alejandrino este ejemplar se puede apreciar en la parte inferior del Mirador.