Entre texturas y exploración
Inquieto por el color, las texturas y su fuerte influencia del paisaje cundiboyacense en la construcción de sus obras integraron la vida del destacado pintor colombiano Carlos Rojas.
Su infancia transcurrió en medio de una familia agricultora y una fuerte educación religiosa en su colegio. Sus cuestionamientos filosóficos lo obligaron a abandonar el campo y terminar sus estudios de secundaria en Bogotá, donde sus maestros descubrieron su vocación y talento en el dibujo.
Gracias a ese primer impulso y su necesidad de academia, inició sus estudios de arquitectura en la Universidad Javeriana de Bogotá, alternando sus clases con diferentes cursos en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional. A partir de ahí Carlos Rojas inició una exploración y búsqueda de un lenguaje personal que planteara una espiritualidad que se materializara en un momento estético que no se alejara del pensamiento científico.
Abordó y estudió con gran profundidad el dibujo, la pintura y la escultura, pero también, las del diseño, la arquitectura y la jardinería, sin desprenderse de su interés por la música, el cine, la literatura, la física y la matemática.
En cuanto a su producción artística en su primera etapa se identifican composiciones con figuras o bodegones. Su paso por la Escuela de Bellas Artes y Diseño Aplicado del Instituto de Artes de Roma, abrió la puerta hacia una producción más cubista y luego mucho más influenciada por la corriente pop de mediados de los 60.
Sin embargo, su obra abstracta en donde lo geométrico y el estudio del color toman protagonismo, conformando la producción más reconocida de su trayectoria. Hay que destacar que representó a Colombia en la Bienal Internacional de Venecia, expuso en una colectiva en el Museo Guggenheim de Nueva York y participó en la XII Bienal de Sao Paulo.
Carlos Rojas (Facatativá, 1933 – 1997)
Sol
Óleo/ lienzo
1984