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Evento inauural, en la Sala Hernando Del Villar

Esta exposición se inaugura este miércoles 20 en el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo. La exhibición, integra las actividades apoyadas por el Ministerio de Cultura y su programa de Concertación Nacional.

Un cuestionamiento individual y colectivo bajo una reflexión clara de nuestra responsabilidad hacia la preservación del medio ambiente, es el reflejo que exalta la artista Lina Espinosa, en su exposición ‘Impacto Mínimo’ a inaugurarse este miércoles 20 en la sala Hernando Del Villar del Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo.

La artista, quien durante los últimos días ha visitado y compartido con los pescadores del sector de Pozos Colorados su propuesta artística, haciendo un positivo intercambio de aprendizaje “es la posibilidad de saberes, experiencia, donde conozco más de este mundo del mar y los pescadores, quienes en nuestro dialogo conocen sobre mis propuestas de preservación ambiental desde el arte”.

El sentir del arte, desde una óptica distinta es la que visualiza Lina Espinosa, quien afirma que no es ambientalista, ni su tarea es ir en contra de alguna empresa en especial, simplemente es una artista que recoge esas preocupaciones de una comunidad para hacerlas visibles a través de su iniciativa plástica.

“Ha sido una experiencia fascinante y muy especial, no estamos protestando en contra de nadie, sino gestar en nuestra gente ese sentir de qué hacemos a favor de ese ambiente que nos rodea, y en el caso particular de la zona de Santa Marta, es que su comunidad de una mirada más allá de una protesta pública, una visión sobre su verdadera responsabilidad a su entorno ambiental”.

Sobre la muestra, dice que es una reflexión que no se enmarca solo en las obras colgadas en el Museo, sino que es una exposición que va más allá y sale del espacio museal para ser dinamizada en esa experiencia que ella comparte desde estos últimos días con los pescadores y en su sentir.

“Esta reflexión alude no sólo a experiencias colectivas, sino que pretende además que cada uno de nosotros despierte a los efectos que nuestras acciones individuales, por más pequeñas o imperceptibles que sean, tienen en las vidas de los demás seres humanos”.

Dentro de una de las piezas a exponer, Lina Espinosa ha dibujado el mapa del Magdalena y esas zonas geográficas donde el ‘Impacto´ del carbón ha generado debate social y ambiental, más allá de generar una controversia, hacer un llamado a la comunidad magdalenense sobre qué tanto está comprometida con el tema.

“Las palabras, gestos, o acciones que dirigimos a quienes nos rodean cotidianamente pueden minar, herir, excluir, ignorar o reparar, acercar o acoger. Es común la tendencia a reducir a aquel con quien se está en desacuerdo, o a desconocer la mirada o la percepción del otro para adquirir una posición de poder. Así es muy difícil lograr un espacio de comunicación que lleve a la reconciliación, tan necesaria por demás en el actual conflicto colombiano”.

Reiteró que  la consecuencia de acciones sobre las riquezas naturales del país como la explotación minera a cielo abierto, el manejo irregular de basuras y de aguas residuales, o cualquier otra explotación masiva de los recursos naturales genera cambios, desplazamientos y transformaciones que van desde efectos que pasan casi desapercibidos hasta la eliminación de las condiciones mínimas de supervivencia. En la bahía de Santa Marta en donde se presenta esta exposición, hay una serie de situaciones de alta vulnerabilidad que plantean serios interrogantes a sus dirigentes, habitantes y visitantes.

Alrededor de esta iniciativa ha estado muy de cerca el trabajo de MoAm, empresa de Monitoreos Ambientales, dedicada en su labor a la conservación del medio ambiente, el hábitat marino y las comunidades alrededor de los mismos, cuyo acompañamiento ha sido esencial para esta exposición.

Además destaca que la meta es darle continuidad al proyecto con los pescadores y la comunidad alrededor de este sector en búsqueda de la conciencia ambiental de las playas y su subsuelo marino.  

Reconciliación personal.

La imagen muestra el barco construido por los pescadores

La exposición es un pequeño gesto hacia la reconciliación personal y plástica con el espacio, generando un microclima de dialogo entre los recursos naturales y culturales, con nuestras prácticas de vida. Así lo califica la Curadora del Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo, Stefannia Doria Rincón, quien dice que “la repetición inconsciente de malos hábitos con nuestro entorno, ha causado grandes efectos que generan contrastes dramáticos, no solo en la estructura social de los pueblos, sino también en el ambiente y el paisaje”.

A partir de este análisis, la muestra se plantea como esa posibilidad de reflexionar la posición individual de las personas dentro de estos cambios; además de hacer una introspección en el territorio y reconocer esas transformaciones por medio de conceptos y graficas replanteadas por la artista en diferentes momentos.

La intención o el hilo conductor del proyecto es hacer visibles esas prácticas negativas que la cotidianidad y el estilo de vida actual han hecho imperceptibles e invisibles; materializándolas en diferentes técnicas y exploraciones visuales, que aunque tienen un “Impacto mínimo” van alimentando las posteriores consecuencias.

Hasta el 3 de mayo estarán expuestas las obras de la artista invitada por la Fundación del Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo, exhibición que cuenta con el apoyo del Programa Nacional de Concertación del Ministerio de Cultura y la Alcaldía Distrital.

Impacto mínimo, es una exposición que hace parte de la serie Coordenadas móviles (2010-2012), y recoge algunas obras anteriores que han contado con el mar y la playa como detonantes, entre ellas Lo que el mar trajo de vuelta (2007),  Dibujos encontrados (2003) y Zonas vulnerables Magdalena (2013) un proyecto en que involucra acciones participativas con la comunidad.

Lina Espinosa, estudió una Maestría en Pintura en The School of the Art Institute of Chicago, actualmente es profesora asociada de la Universidad de los Andes en Bogotá. Su obra ha sido expuesta en eventos en Colombia y en países como Puerto Rico, Argentina, México  y Estados Unidos, entre otros.